El nitrógeno se utiliza en la agricultura para fertilizar las tierras de cultivo. Durante el esparcimiento de los fertilizantes, una parte importante del nitrógeno se pierde por volatilización del amoníaco (NH3). Estas emisiones son responsables de los malos olores, pero también son principalmente precursoras de las partículas (PM). En Europa, la agricultura es una de las principales fuentes de PM compuestas por nitrógeno.
Es necesario recoger más datos sobre las emisiones para comprender mejor el impacto de esta actividad. Las técnicas de medición de NH3, utilizadas para la vigilancia de la calidad del aire ambiente, son caras y pesadas de manejar para el sector agrícola. Otras técnicas, menos costosas, como el muestreo pasivo, también se utilizan para estimar el flujo de amoníaco, pero no están adaptadas para un seguimiento continuo. Por eso proponemos adaptar nuestros dispositivos habituales de e-nose a las emisiones de amoníaco de los pastizales fertilizados.