
La evaluación del impacto de las emisiones de las fuentes de área (biofiltros, depósitos de aguas residuales) sobre la calidad del aire y el medio ambiente mediante las técnicas de medición clásicas (es decir, el muestreo estático mediante campana), carece actualmente de datos de emisión uniformes y representativos al estar restringidos en cuanto a la zona de muestreo, el tiempo y la seguridad. Esto crea un obstáculo adicional cuando las tasas de emisión de dichas fuentes deben determinarse mediante el método de ventana de flujo, que implica la medición de las concentraciones de emisión a favor y en contra del viento a lo largo de diferentes perfiles horizontales y verticales de la fuente de la zona.
En un esfuerzo por mejorar esta cuestión, se investigó la posibilidad de utilizar un dron equipado con un laboratorio de detección de emisiones (OLFASCAN Flying Lab) para cuantificar las concentraciones y tasas de emisión a través del método fluxwindow desde un tanque de almacenamiento de lodos. El OLFASCAN Flying Lab está equipado con varios sensores electroquímicos para realizar mediciones de la calidad del aire y se acopló a un dron DJI Matrice600 PRO RTK.